Así es el fútbol.
Prácticamente nadie podía imaginar que el Athletic le ganara 4-0 a todo un FC
Barcelona, y sin embargo ocurrió ayer en la Catedral. Una afición como hay
pocas, un equipo en estado de gracia, un Messi apagado y un Luis Enrique que no
dio con la clave del partido. Mi felicitación a Josu, coach y presidente del
Athletic, a Ernesto Valverde y a los leones. Falta la vuelta, el lunes en
Barcelona. En condiciones normales, “gabarra” después de 31 años. Quién ha
visto y quién le ve a este equipo en el inicio de la temporada pasada y ahora.
He estado leyendo
‘Olé a la vida. Una historia de crecimiento post-traumático’, de María del
Carmen Palacios Donayre. Muki, para sus amigos. Muki Palacios fue una de las
estrellas del V Congreso de la Felicidad en el Trabajo de La Coruña. Su
filosofía parte de “florecer donde estás plantado”. Sus programas de desarrollo
‘Reinventa mujer’ y ‘Felicidad en el trabajo’ tienen gran éxito en su Perú
natal y en otros países, como España. Puedes ver una entrevista suya en www.youtube.com/watch?v=cpEUqhEUlrY
‘Olé a la vida’ la
introduce Beatriz Vera, autora de un espléndido tratado sobre Psicología
Positiva. Nos habla de este testimonio vital de lucha y superación. Y concluye:
“Un olé por María del Carmen por compartir con todos nosotros un gran pedacito
de su alma y por enseñarnos que una vida mejor es posible, sean cuales fueran
las circunstancias”.
Muki Palacios perdió
a su esposo, Eduardo, en 2007 por un accidente automovilístico. Fue su primer
enamorado, mantuvieron 15 años de relación, 10 de matrimonio, 2 hijos (Matías,
nacido en 2000, y Santiago, en 2006). Compartían todos los días spinning,
trabajo, proyectos, almuerzos diarios, fines de semana en una caravana de su
propiedad. Fue a 4 días de un crucero que iban a realizar y a 5 días del
cumpleaños de ella.
La sensación fue de
“apagón total”. ¿Ahora que hago? ¿Por qué a mí? ¡Tengo miedo! ¿Quién respalda a
mis hijos? ¿Quién aprueba mis decisiones? Por si esto fuera poco, meses después
le robaron en la casa.
Su “momento eureka”
fue en la Plaza de Toros de Las Ventas, al ver a un torero ser corneado y
levantarse. Entonces decidió “tomar el toro por las astas” y afrontar la vida.
Crecimiento a tres
niveles: personal (deporte, aprendizaje: “soy más fuerte de lo que pensaba),
interpersonal (baila flamenco, amigos, fundó una filial en Chile), espiritual
(labor social, terapia).
Muki Palacios se vio
“de pronto, en el ruedo” y divide su historia personal en parar, mandar y
templar.
Parar (“Tener los
pies firmes y quietos en la acometida del toro durante la suerte”). La
embestida, el dolor, el temor.
Mandar (“Dominar la
lidia y los movimientos del toro mediante el buen uso del engaño”). Frente a la
supresión o represión, la transformación. Convertir la rabia no en agresividad,
culpa o depresión, sino positivamente. En sus palabras, “la rabia es la más
seductora de las emociones, pues tiene el poder de proporcionarnos una enorme
energía, que adecuadamente canalizada es capaz de cambiar nuestro mundo”. Pasó
de víctima a protagonista, de estar en el tendido a pisar la arena. Cita a
Bonnano y Wortman, que demostraron en 2002 que un 45% de las personas tras una
pérdida muestran conductas resilientes, en tanto que un 10% quedan sumidas en
la depresión. “La resiliencia es el fruto de la interacción entre el propio
individuo y el entorno”. Es un proceso dinámico, evolutivo, no absoluto. El
apoyo de los demás (sobre todo de su madre, que la ayudó con el bebé) fue de 6
meses. Un hito en su vida fue ‘La auténtica felicidad’ de Martin Seligman. “El
éxito en la vida y la satisfacción personal más profunda proceden del
desarrollo y ejercicio de las fortalezas personales, y no debemos esperar un
gran quiebre para valorar y reconocer nuestro talento y los roles que nos toca
vivir a cada momento”. Así supo que era capaz.
Templar (“Realizar
un movimiento acompasado con el engaño, bien sea el capote o la muleta, llevando
al toro sin que éste llegue a tocar el engaño en el transcurso de la
embestida”). Muki sabe que “para tener fuerza psicológica es necesario estar
preparado, haber entrenado constantemente, reconocer nuestros talentos y en mi
caso sentir y recibir muestras de afecto fueron claves para encontrar
escenarios afortunados”. Más importantes que la fuerza física son el
autocontrol, la disciplina, la capacidad de postergar la satisfacción, una
visión clara, la perseverancia. “El torero es un artista y un modelo digno de
valorar, porque aparte de jugarse la vida ofrece un espectáculo de valentía”.
Muki valora “el
afecto, la solidaridad y la generosidad” de las personas a su alrededor. Su
tristeza terminó convirtiéndose en nostalgia. Cita, por supuesto, a Viktor Frakl
(‘El hombre en busca de sentido’), a Kobasa y Madi (personalidad resiliente), a
Simon Reynolds (50 técnicas para una mayor satisfacción personal) y a nuestro
querido Csikzentmilhalyi (fluidez), que estuvo por videoconferencia en el
mencionado congreso.
Focalizar la
atención para reinterpretar lo vivido y mucha gratitud. “Logré reemplazar mis
diarios lamentos de víctima por mi cuaderno azul de las gracias”. Es el legado
a sus hijos cuando no esté en este mundo.
Este texto está
dedicado dos veces. En el inicio, “A mi madre, modelo de fortaleza, amor y
servicio”. Y en la última página, “dedicado a la memoria de Eduardo”.
La acertada metáfora
del torero me ha recordado un libro de 1999, ‘Valor y al toro. Guía práctica
para la creación de valor en la empresa’ que hicimos José Ignacio Arraiz, José
Medina, Enrique de Múlder, José María Ortiz y un servidor, con prólogo de José
María García Hoz y epílogo del comentarista taurino Joaquín Vidal. Y también me
ha evocado la canción ‘Torero’ de Julio Iglesias y El Puma (www.youtube.com/watch?v=4fmYEU4PVzU).
“Para estar a su lado hay que ser torero, y medir la distancia que va a su
cuerpo”.
Gracias, Muki, por
tu testimonio, por este libro y por tu amistad. Y a Belén, Santi y todo el
equipo de FET que te llevó a La Coruña como ejemplo de felicidad.